jueves, noviembre 09, 2006

Styron y el suicidio

grupo reforma: José Woldenberg "La tempestad en él había empezado como una nube no demasiado cargada. Bebedor consumado a lo largo de 40 años, 'utilizaba el alcohol como conducto mágico que me transportaba a la fantasía y a la euforia, y a la efervescencia de la imaginación'. Si bien nunca escribió ebrio, el whisky resultaba reconfortante, le calmaba la ansiedad, y fue 'un asociado eminente, inestimable'; un auténtico amigo. No obstante, el amigo lo traicionó. Un buen día no pudo beber más, y se inauguró el ciclo del humor depresivo. Se sintió cada vez más desvalido, temeroso, lóbrego. Styron pinta un cuadro elocuente de los síntomas que lo abrazaron: el cambio en la voz ('apagada, jadeante, espasmódica'), la pérdida de apetito, el agotamiento, el insomnio y 'la muerte como una presencia diaria'."